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| Hermosos atardeceres vislumbrados desde casa |
La extrema dificultad de encontrar línea de teléfono e internet hace que esté más ausente de lo que quisiera, asique perdonarme si no os mantengo actualizados de todas las novedades que van sucediendo por estas tierras senegalesas.
Estas dos últimas semanas se han salido un poco de la rutina normal debido a la aparición de casos de malaria en mi familia, en concreto en Kumba y Moussa, con una diferencia de pocos días entre uno y otro. Ambos fueron llevados en moto a Dindefelo y tras el resultado positivo del test de la malaria, tocaba el posterior tratamiento de 3 días. Poco a poco van recuperando su estado de salud normal.
Esto unido a dos muertes repentinas producidas en Sègou (una de ellos, una niña de apenas año y medio) han hecho que la fiesta anual del tabaski no fuera lo activa y alborotadora que suele ser habitualmente. De hecho, ni siquiera pude estrenar el conjunto típico africano que me hice expresamente para la fiesta. Lo que no faltó el día de la fiesta fue el habitual desplazamiento matutino de toda la población a una zona alejada de Sègou cercana al bosque con sus mejores telas y túnicas para rezar en grupo y al unísono.
